DE LA ENSEÑANZA PRESENCIAL A LA ENSEÑANZA VIRTUAL
- Gabriela Cockburn
- 8 ene 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 4 feb 2021

¿Como ha sido la transición de la enseñanza presencial a la enseñanza virtual?
El anuncio de la cuarentena nos tomó a todos por sorpresa. De un momento al otro pasamos de la seguridad de nuestra rutina cotidiana a vivir en una incertidumbre absoluta. Las primeras dos semanas fueron novedosas y la mayoría de profesores con presencia online nos dedicamos a dar clases gratis via Instagram o Facebook Live para disminuir el estrés.
Pero luego tuvimos que aceptar la realidad: no volveríamos a dictar en un estudio en mucho tiempo. En el caso de Perú, anunciaron que la reapertura de centros de fitness sería en la Fase IV, a partir de Octubre como mínimo. Solo quedaba una opción: comenzar a enseñar de manera virtual.
Personalmente, siempre me he llevado bien con la tecnología. Pero esta situación inusual ha sido un reto tanto para practicantes como para profesores. Desde aprender a usar Zoom hasta crear una página web, nuestra industria se vio forzada a transformarse en tan solo un par de meses.
Ahora, hay que diferenciar entre clases en línea en vivo y on-demand. Las clases en vivo son las que permiten mantener la esencia de la enseñanza presencial, pues mantienen la posibilidad de alinear al alumno y adaptar la secuencia a lo que vamos observando. En cambio, las clases on-demand son pre grabadas y la comunicación es solo en un sentido.
La verdad, me gustan bastante las clases en línea. Permiten acceder a alumnos geográficamente más alejados, ahorran tiempo de desplazamiento e incluso se puede tener una mejor visión de la clase. Por otro lado, al practicar yoga desde casa pueden darse interrupciones por parte de otros miembros del hogar o problemas con el internet.
En mi caso, la transición de enseñanza presencial a virtual ha sido fluida. Lo atribuyo principalmente a las habilidades de comunicación verbal que aprendí en el profesorado de Adhikara Yoga. Cuando se dictan clases virtuales es fundamental utilizar un lenguaje preciso para que el alumno no tenga que estar toda la clase mirando hacia la pantalla. Además, ya no existe la posibilidad de realizar ajustes manuales, por lo que dependemos únicamente de indicaciones verbales.
Como profesores de yoga, tenemos la responsabilidad de salvaguardar la integridad de nuestros practicantes. Esta responsabilidad se mantiene al enseñar de manera virtual. Hoy más que nunca es importante prestar atención a cada alumno y saber interpretar señales no verbales para ver si el practicante está incómodo (o muy cómodo) y necesita una variación.
El apoyo de una comunidad ha sido fundamental para poder adaptarme a este nuevo tipo de enseñanza. Por un lado, las recomendaciones y tips de otros profes. Por otro, la flexibilidad y buena disposición por parte de los practicantes.
Definitivamente la industria del yoga no será la misma. La enseñanza virtual ha venido para quedarse y todo profesor debe desarrollar las habilidades que esta exige.
Gabriela Cockburn Ambassador de Adhikara® Yoga RYT 500
Комментарии